Siempre le gustó codearse con vaginas poderosas.
Y cuando supo el apellido de ella, pensó que podía ser para siempre.
Pero se equivocó.
A los 4 meses se cansó de ella y de sus olores.
Al año no tuvo ningún dilema en lamer otros labios.
Fue entonces, cuando supo que tan poderosa era.
Y ya era demasiado tarde para volver atrás.
jueves, diciembre 06, 2012
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1 comentario:
Ja! Fantástico... enhorabuena !!!
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