Ah, sí. Los roces.
Es verdad,
Hubo saliva y carne.
Hubo momentos burdos.
De salvaje complejidad.
Pero después, en el fondo o en el principio,
No hubo más nada.
O nada directamente.
La misma nada, o la nada misma. Da igual.
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1 comentario:
Muy bueno... Saludos
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