martes, julio 03, 2012

Ritalina.


1
En un estado de depresión tal, las palabras son basura.
Basura.
Yo soy basura. Y todo lo que me rodea.
Me rodea basura, poética y literalmente.
Las ratas. Las ratas caminan por doquier. Las ratas no me dejan dormir. Su sonido. Su insistente sonido. Insomnio, ahora insomnio.

2
Era martes. Odio los martes.
No sabía que lo era hasta que me lo dijeron en la clínica. Martes. Martes. Tosco como un día martes. No está al principio ni al final de nada. Es un no día. Es nada, pero es horrible. Odio el martes. Odio ese martes.
Irrumpen en mi paz. En mi silencio. Mi silencio que era tan perfecto.

La entrevista del martes no tuvo posibilidad. No iba a dársela.
No me importa tu café. Tu bolígrafo insistente. Veo como me observa el rabillo de tu ojo detrás del tercio superior izquierdo de tus gruesos lentes negros. Tus lentes insistentes.
Preguntas. Tantas, y ninguna tuvo un sentido. ¿Respondí? ¿Sí? ¿No? No recuerdo. No es importante. Tu carraspera me disturba.
Alzas tus lentes sobre la nariz dos veces antes de preguntarme de vuelta.

Todo pasó tan len-to.
Elena, debió ser Elena.

Una receta por psicofármacos. Y mi suciedad que ya no era tal.
Ya no era mía. Habían penetrado en mi suciedad.
No quiero vivir más.

No quería vivir antes. Y ahora no tengo ni mi suciedad.

3
Me habla. Me habla y no escucho nada. Ella habla mientras la pólvora se fuma su cigarrillo. Lo alza, sacude la colilla y sigue hablando. No lo fuma, o sí. Se termina. Prende otro y sigue hablando.

Ella vino a quitarme lo que quedaba de mi suciedad.

4
¿Cuándo termina? ¿Cuándo se va?

5
Una terapeuta mujer porque me va a hacer bien.
Con ella vas a hablar, dijo. En algún momento.
Nunca hablé. En mi vida nunca hablé. No con mujeres. No con hombres. No hablé. No me agradó nunca hablar. No hablé con quien conocía. No voy a hablar con vos.

Ni con esta amorosa-amorosa terapeuta mujer. No.
Más polución. Pero esta no es mía.
Ácaros. Me ponen muy nervioso los ácaros.

No hay comentarios: