(Recuerdo de un 14 de Febrero, Lejos, Lejos)
Todavía me niego a creerlo. Estoy esperando a que me mires, te rías y me digas “tonta, era un chiste” como siempre solías hacerlo.
Pero no.
No me miras fijo y no te reís.
Intento agarrar tu cara, y la desvías, escondes los ojos y apretas los labios.
Y doles. No sabes cuanto doles.
Podrías decirme que es mentira aunque sea verdad.
Y aun así, sabiendo que mientes, te creería.
Te juro, lo haría.
Pero justamente hoy se te dio por ser honesto.
Y la honestidad me duele. No sabes cuanto me duele.
Vamos, todavía podes decirme que es mentira.
Decilo! Decilo!
Te callas, te callas por horas, y me abrazas fuerte, parece una despedida, es una despedida. Y te estoy abrazando por última vez, y te extraño. Confirmo que ya te extraño.
Te pido que me sueltes, que te vayas, que te arrebates de mi vida y que jamás, jamás regreses.
Y en realidad lo único que quiero es que estés aquí por siempre.
Quiero despertar, que todo esto sea solo un mal sueño y nada más.
Y por primera vez, le tengo más miedo a la realidad.
Porque se que esto es real, y esa es la peor parte.
María Sofía Borsini – Viernes, 23 de noviembre de 2007.
viernes, noviembre 23, 2007
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