jueves, noviembre 08, 2007

Soledad.

Reflexioné sobre lo que estuve leyendo.
Y tenes toda la razón, y me enamore de tus palabras.

Cuando la soledad ocupa mucho lugar hay que sacarla afuera para que respire.
Y puede ser que no esta tan sola, me acompaña mucha más soledad.
Y a veces se transforma en una compañía agradable.

Y viste? Viste que se disimular muy bien?
Apuesto la vida (o lo que queda de ella) que jamás supusiste que estaba mal.
Que me moría, realmente me moría por dentro.
Y que te tenía enfrente, y que me hablabas, y te respondía, y te miraba como si nada.
Como si no me muriera, como si no.

Y después me quedaba sin palabras.
Sin palabras pero con boca, para decirlas más tarde, cuando se me acomoden en la lengua y decidan salir.

Y ponele, ponele que el domingo no me dolías.
Ponele que soporte muy bien.
Viste que buena actriz puedo ser? Lo viste?

Pero es imposible mentirte ahora, que te escribo para que no me leas.
Me bajo la presión tres veces, en una casi me desmaye.
Me volví loca al entrar en recuerdos, al perderme en libros y al ver ahí (donde ya sabes) a mi viejo yo.

Y nota, nota bien, que cuando mirada para abajo, era porque estaba a punto de llorar.
Y si te interesa saber, iba a llorar por vos,
Por muchas cosas, pero por vos en principal,
Por muchas cosas, por cosas que les des las vueltas que le des, terminan en tu nombre.
Terminan con N, empiezan con A, y dan vuelta a un universo de letras de cristal.

Y llegan, y vienen, y se van.
Y me rozan, y me ponen los pelos de punta, la piel de gallina.
Pero no te das cuenta, por suerte, de mi enamoradiza estupidez.

Soledad…
Soledad…
En realidad no estoy tan sola.
Sólo estoy muy lejos, muy pero muy lejos de lo que solía estar.

A 1012 Kilómetros de tu alma.
Pero a dos cuadras de tu cuerpo.
Pero tu cuerpo no me sirve, a tu cuerpo no lo quiero.
Te quiero a vos.
Y a la luz, que viene anexa a tu mirada.

María Sofía Borsini – Jueves, 08 de noviembre de 2007.

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