martes, febrero 05, 2008

Sin titulo 7.

La primera vez lo busqué por un cigarro, después, no se, por alcohol, por tragos o sustancias varias.
A continuación me sentía tan sola que lo invite (o quizás lo obligué) a acompañarme, y no muchos minutos después pude sentir su amor entre mis piernas, y desear tenerlo cada vez más lejos mío.
Descubrí que su forma de besar dolía, (y dolía de verdad, físicamente, nada espiritual o por el estilo) sentí como mordía brutamente al besar. Y odie sus labios. Luego me percate que su peinado era muy parecido al de una persona que no me caía para nada bien, y por ultimo, su manera de hablar comenzó a molestarme.

Hasta podría decir, (en un 50-50) que me agrado cuando mi mamá llegó más temprano que de costumbre y me descubrió (o nos descubrió) en aquella vergonzosa situación.

Y él no fue el único, pero es el que más recuerdo, como él hay varios otros, más y menos recientes, más malos o peores, en fin de cuentas, nadie ocuparía su lugar, ni aunque sea por una sola noche.

Y tenía no planeado hacer lo mismo está noche y verte ahí me decidió más aún a no decidir nada.
JAMÁS, me oís? JAMÁS te había cruzado ahí, (las veces que te pedí que fueras, las veces! La veces que cruce los dedos para ver si te veía, las veces! Pero no, nunca fuiste, y hoy si, y hoy que no te esperaba, si.)

Entonces me diste más bronca, más despecho y aceche otra victima para luego considerarme yo misma como la victima en cuestión. Y yo besaba y reía y vos no mirabas, y noté, algo que estuvo claro desde mucho antes pero yo me negaba a ver, note, realmente note, que no te importaba en absoluto.

Y tu estupido intento en que sea feliz y que consiga a “alguien” me enferma.

Si es posible, no vuelvas para acá, porque si no vas a volver verdaderamente, no quiero recordarte, porque me di cuenta, que la mejor manera de ser feliz, es estar lejos de tuyo.

María Sofía Borsini – Martes, 05 de febrero de 2008.

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