jueves, octubre 04, 2007

Diría que demasiado.

La vida cambio mucho mucho. Diría que demasiado.
Y por si no lo habías notado, no me agradan para nada los cambios.

Tener tanta tranquilidad es agobiante. Y estoy harta de gastar tanto tiempo en mí. El celular ya no suena y el Chat me aburre completamente, porque solo te espero a ti, pero es a ti a quien luego no puedo hablarle.

Y aún no entiendo en que momento pasamos a esta situación.

No se, te juro que no lo se.
De un día para el otro ya no te tenía, así nomás, tan rápido, como un flash.
Y ya te dije, que los cambios no me agradan. Y mucho menos estos, que además de no simpatizarme, me hacen mal.

Estoy buscando a la fuerza de voluntad pero esta vez no la encuentro disponible. Sinceramente, no se si tengo ganas de ponerle ganas a la vida. Y es obvio que no te diste cuenta, porque algo que gane con el tiempo fue la habilidad de disimular, de cómo poder estar tan mal y que no se note para nada.

Hay veces, muy pocas veces, en las que si pensas rápido en otra cosa y apretas los labios con fuerzas, podes encubrir no llorar. Y hacerte la que no paso nada, la que esta todo bien, todo más que bien.

Eso es otra cosa que me daba miedo, el estar todo más que bien. La perfección es parecida al sarcasmo. Nada ni nadie es perfecto, justamente porque ser perfecto sería insoportable.

Y demasiada perfección de tu parte me estaba preocupando…

Bien hice en preocuparme, que de nada me sirvió, porque de todas formas explotaste tu verdadero yo en el momento menos indicado, bah, en un momento, cualquiera hubiera sido el menos indicado. No hay un buen momento para las cosas que no queremos escuchar.

Y ahora, como veras, estoy perdiendo el tiempo en auto-convencerme de que así estoy mejor. En acostumbrarme a que todo el mundo haga lo mejor para mí, aún cuando no sea lo que yo quiera.
Decir que “así es mejor” es menos responsabilidad, menos culpa para acarrear con uno mismo.
Ser impersonal y creer que pensamos en el otro es como sacarse un peso de encima.

Y vos te lo sacaste.

Pero sí, la vida cambio demasiado, ahora me emborracho sólo porque no quería que tu lo hicieras, ahora fumo sólo porque detestaba tanto verte fumar.
Ahora hablo, ahora siento, pienso, me valoro, escucho, me hago escuchar, me muestro tal cual soy, actúo un poco, escribo, dibujo, pinto, canto, bailo, lloro mucho, soy feliz, soy infeliz, estoy bien, disfruto de los días, disfruto de estar triste, encuentro el placer de cada cosa e intento vivir el presente, sólo porque contigo jamás lo hice.

Y le digo a todo el mundo que crecí.
Y le digo a todo el mundo cuanto me ayudaste.
Y le digo a todo el mundo que ya lo supere.
Y creo que el mundo me cree.
Y creo que me lo creo.

La vida cambio mucho mucho, sí.
Y a nadie le importa, y nadie se da cuenta.
Nadie piensa en ti como tu mismo lo haces.
No, nadie. Absolutamente nadie.

María Sofía Borsini – Domingo, 23 de septiembre de 2007

No hay comentarios: