sábado, octubre 06, 2007

Felicidad.

La felicidad es una emoción, nada más.
Y como toda emoción, dura un momento y luego se va.
Puedo nombrarte tres o cuatro momentos extremadamente felices que me ocurrieron esta semana.
Pero no por eso soy feliz.
Es más, no se si soy feliz.
Y tampoco tengo ganas de pensar si lo soy.

Además, creo que el humano es un ser incapaz de ser feliz.
Al menos serlo constantemente.
No se puede mantener la felicidad como estilo de vida, pero igual, todos nos creemos falsamente felices.
Es como cuando te preguntan “¿como estas?” y respondes “bien”, aunque muchas veces no lo estés.
Es más, creo q mucha veces al otro ni siquiera le interesa lo que vas a responder.

Pero igual lo preguntan, como un estupido deber moral.
Hacerse que se interesan por tu vida.
Hacerse los interesados en alguna otra vida que no sea la propia.

Hay muchas cosas que no voy a entender nunca.
Y hay tantas otras en las que ni siquiera pienso si tendrán o no explicación.
Las dudas son como alfileres de hierro clavados en el cuerpo, me ayudan a sostenerme, a estar en pie.
Pero no se cuanto duraran antes que el oxido me carcoma por dentro.

Hablo de felicidad, pero veo el sentido pesimista de la vida.
Es que hablar de felicidad me pone así.
Porque se que soy incapaz de contenerla.
Porque se que cuando golpea mi puerta, y la invito a pasar, y se sienta conmigo, en la misma mesa, y charlamos, y tomamos el té, y estamos, y nos hacemos amigas, y parece que se va a quedar, que se va a quedar para siempre…

Es justo ahí cuando se me escurre como agua entre las manos.
Agua más liquida que el mismísimo agua.

Pero no aprendo, no, nunca aprendo.
Como todo humano, tropiezo más de mil veces con la misma piedra que siempre se mantuvo ahí, en el mismo lugar.

Y me vuelvo a emocionar, y vuelvo a ser feliz, y mis ojos se vuelven a llenar de brillo.
Sí! Brillo autentico de la verdadera felicidad!

Y otra vez, vuelvo a caer cuando te marchas.
En un pozo interminable, sin final.
Y me desgarro inútilmente los dedos, intentando trepar de nuevo adonde haya luz solar.

Y es ahora que estoy otra vez en cero, no tan lista para volver a empezar.
Y es entonces ahora cuando me detengo, y pienso, que la nada absoluta, se parece tanto a vos.

María Sofía Borsini – Sábado, 06 de octubre de 2007.

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