lunes, octubre 29, 2007

Nostalgia.

o Remembranza, o Recuerdo.
(A mi papá)

No te extrañe en los 4 cumpleaños en los que no estuviste.
Ni en los míos ni en los tuyos.
Tampoco en las 4 navidades o en los 5 años nuevos.
Si, 5 porque en el último, que se suponía el último juntos tampoco estuviste conmigo.
O yo no estuve con vos, no se quien tuvo la culpa.

Y no llore la noche en que mamá y yo tuvimos que escapar de casa,
Ni cuando tuviste ese shock emocional que ningún psicólogo ha sabido aun explicarme.

Siempre pensé que esas fiestas eran una falsa excusa de la gente mediocre para unirse con esas otras personas mediocres llamadas familia.
(A las que no podes citarles así, ni odiarlas tampoco, justamente por ser tu familia)

Y yo me sentía orgullosa de odiarlas de todos modos.

Ahora deseo que hubiera un 24 de diciembre en el que seamos 3 de nuevo en la mesa.
O cinco si vamos de la abuela.
O diez si vinieron los tíos a los que tanto detesto con los primos a los que tanto adoro.

Y no me molesta que tengas novia y que hayas dejado de verme, ni que mamá haya decidido “remodelar” su vida y no tenga tanto lugar para mí como antes.

Ok, debo reconocerlo, a veces me agobia.
Por ejemplo en esos momentos en los que me enojo con ella sin tener ninguna razón.
O cuando estamos hablando de cómo fue mi día y le suena el celular.
Porque ni Pablo ni la mamá de Belén son mi familia.

Y quizás no me acostumbre nunca a que mamá tenga tantas amigas, o a que nos arreglemos juntas para salir los sabados a la noche, o que nos pelemos por quien usa la pollera de Jean o las botas negras.

Quizás no me acostumbre nunca a tu ausencia tampoco. Y quizás siga teniendo pesadillas con tu regreso algunas noches más.

Intento no acordarme de vos en ningún momento.
Ni los 8 de mayo ni los días del padre.
Pero hay días en los que no puedo evitarlo.
Por ejemplo en esas películas de Spielberg que nos gustaba tanto ver juntos, cuando no tenía idea de quien era Spielberg ni que esas películas eran de él.
Cuando disfruto de tener la tranquilidad de que nadie me moleste, de que nadie me pregunte con quien voy a salir ni a que hora voy a volver.
Y cuando a veces me gustaría que tener alguien con quien enojarme por no querer que me cuide tanto.

Y hay muchas cosas que aún no se.
No se como se puede arreglar la desesperanza de un sueño vencido.
No se como se puede reparar el dolor verdadero de un corazón roto.
No se como se puede recuperar la confianza cuando se pierde.
No se como se crea la fe cuando no existe.
Ni tampoco se como te digo… Como les digo… Que lo siento, que realmente lo siento.

Podemos volver a la casa?
Podemos ser solo nosotros dos los sábados a la mañana?
Podemos pasar nuestras largas tardes charlando, mirando tele, jugando?
Podemos pelear como antes? Podemos?

Puedo gritarte que te odio y no arrepentirme porque ambos sabemos que no es verdad?
Puedo no decirte nunca jamás que te quiero porque decirlo en 13 años siempre estuvo de más?

Podemos borrar el 22 de febrero?

Me ayudas a estudiar otra vez en la escuela?
Me haces los resúmenes otra vez?
Me enseñas todas esas cosas que nunca nos enseñan?
Me contas como un cuento la historia mundial?

Olvidémonos de todo.
Podes volver a ser el papá ideal?
El que dejaba de lado el trabajo y se quedaba con nosotras en la pileta a jugar?

Quiero apretarnos los tres en la cama!
Quiero abrazarte! No quiero crecer!

Quiero volver todo el tiempo perdido,
Quiero, quiero, quiero…
Quiero soñar un rato.

Perdoname papá, perdoname.

María Sofía Borsini – Lunes, 29 de octubre de 2007.

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